|
| | Educación Sexual para la prevención de los abusos sexuales de menores | | Cuando en los años 60/70 se rompió el silencio definitivamente sobre los abusos sexuales y numerosos estudios demostraron tanto su alta frecuencia, como las consecuencias que conllevan a corto y largo plazo para muchas de las víctimas, se crearon las condiciones para que aparecieran los primeros programas de intervención educativa y social. | Silvia Inés Darrichón - Sexóloga Educativa |
|
Estos programas pueden estar focalizados en los niños/as, orientarse también a los padres o proponerse otros tipos de intervención con profesionales o la sociedad en general. Tres formas de intervención que deberían hacerse de forma interactiva.
Cuando se empezó a saber que los abusos sexuales de menores eran tan frecuentes, las organizaciones feministas reaccionaron inmediatamente, incluyendo en sus intervenciones esta problemática. En los grupos de discusión y en las intervenciones sociales que continuamente realizaban las feministas se hablaba de los problemas de la mujer en general y muy especialmente de la violencia sexual de los varones.. Los datos de las primeras investigaciones y la valentía de algunas mujeres que contaron las experiencias traumáticas de abusos que habían sufrido cuando eran niñas, hicieron que el movimiento contra la violación ampliara su campo a los abusos sexuales.
Esto ocurría en un período de la historia de Estados Unidos, y de los países democráticos en general, en el que la prosperidad económica y el interés social y profesional por la prevención se había desarrollado mucho, esperando de esta el remedio para todos los males.
En este contexto optimista y de toma de conciencia de las formas de explotación que sufrían las mujeres, aparecieron los primeros programas de prevención de los abusos sexuales de menores y las asociaciones nacionales y profesionales creadas para proteger la infancia, las cuales incluyeron, a su vez, los abusos sexuales como una forma de maltrato infantil.
Cordelia Anderson, en Minnesota, propuso la distinción entre “buen tocar (acariciar)”, “mal tocar” y “formas de tocar confusas”, que sirvieron para crear materiales de numerosos programas.
Las caricias pueden tener un significado confuso. Por ejemplo, los niños aprenden que besar es una conducta privada que se hace entre gente que se conoce muy bien, pero también pueden darse besos cuando la gente se despide de los demás en una reunión. Los padres pueden acariciar al niño/a cuando lo alimentan o cambian: ¿Cuándo una adecuada forma de tocar se convierte en confusa o claramente mala?
Los niños/as tienen derecho a clarificar sus sentimientos confusos y ejercer algún control de los contactos sobre su propio cuerpo.
Los niños/as frecuentemente reciben el mensaje de que no deben oponerse a las caricias que se le ofrecen. Pero si el niño/a no puede decir que no le gustan los besos de su tío, tía, padrino, etc., ¿cómo podrán hablar de otras formas de abuso?.
Cada niño/a vive en una familia con diferentes patrones de contacto: adecuado, confuso, abusivo. Las caricias nunca deben ser impuestas a un niño/a. Estas lecciones le ofrecen la posibilidad de distinguir entre el buen y el mal contacto. Más importante aún, aprenderán que nadie tiene derecho de forzar a las demás personas. Los niños/as que saben que tienen el derecho a decir “no” a las conductas que no desean, adquieren la capacidad de protegerse a sí mismos de los abusos sexuales.
Algunas definiciones claves:
Caricias adecuadas. El contacto que a ti y a otras personas les hace sentirse felices. Contacto bueno o afectivo se refiere a las expresiones positivas de cariño, afecto y comunicación física. Quien lo recibe siente que alguien le ha dado algo, en lugar de haber tomado alguna cosa de él / ella. Se manifiesta de muchas formas. Si les decimos que den ejemplos dirán acariciar animales, contacto de juegos, besos, dar las mano, abrazarse, etc.
Contacto confuso: El contacto que mezcla formas o mensajes y te hace sentir bien y mal. Acompaña muchas de las formas de contacto que se dan en nuestra sociedad. Es confuso cuando:
1)El que lo recibe no comprende el mensaje o lo malinterpreta.
2)Se percibe un doble mensaje entre la comunicación verbal y el contacto físico.
3)No es la clase de contacto que el que lo recibe usa en las relaciones familiares.
4)El contacto está en conflicto con las actitudes o valores de quién lo da y lo recibe.
Los niños suelen poner ejemplos como ser pellizcado en la mejilla por un familiar o ser besado por alguien que no desea besar.
Contacto inadecuado: El contacto que te asusta o te hace sentir mal. El contacto considerado abusivo por manipulación o porque se fuerza para conseguirlo... Cuando una persona se aprovecha de otra. A los niños/as les es fácil poner ejemplos de abuso físico o mal contacto. Suelen dar como ejemplos, pegar, tiranizar, azotar, etc. Raramente mencionan los abusos sexuales.
Principios básicos para la prevención
1)La intervención con los alumnos en la escuela no debe ser la única, ni la prioritaria. La prevención debe hacerse a través de acciones sociales y políticas generales, la familia, los profesionales y los niños/as, focalizándose no-solo en los clientes como posibles víctimas, sino también como posibles agresores.
2)Los programas de abusos sexuales deben hacerse en el contexto de intervenciones más amplias de educación para la salud y educación sexual.
Hoy sabemos que nacemos sexoeróticamente inacabados, incompletos, algo traemos al nacer y mucho es producto de la crianza. Los primeros años de vida son fundamentales en la construcción del erotismo y el placer que se manifestará a partir de la pubertad con la elección de la persona que nos atrae y de la cual podemos enamorarnos. Durante la etapa de la vida que transcurre entre los 3 y los 8 años, se construye en nuestro cerebro la imagen del “amante idealizado” a lo cual Jhon Money llama Mapa erótico sexual o Mapa de amor. Nacemos con “algo” y se termina de modelar de acuerdo a las primeras experiencias de contacto con el entorno afectivo próximo, a partir de los estímulos que recibe, por ejemplo las caricias o contactos que puede percibir como placenteros o displacenteros. Si en esta etapa, de mucha vulnerabilidad, el niño/a es sometido a experiencias de abuso, es muy probable que se fije en su cerebro y repita el comportamiento en su vida adulta. Por esto al hacer educación sexual desde edades muy tempranas contribuimos a una doble prevención:
a)Evitamos que el niño/a sea abusado porque sabrá como evitarlo o defenderse
b)Evitaremos que de adulto se convierta en un abusador.
Conclusiones del trabajo sobre Abuso Sexual Infantil realizado por el Dr. Mario Gaggino en el Curso de Especialización en Medicina Legal
Luego de haber trabajado con niños durante años, tanto desde el punto de vista profesional, como educativo, concluyo que:
Se debería implementar el desarrollo sistemático de clases sobre educación sexual y talleres sobre el tema con la amplia participación de los niños en dichas actividades, como una manera de rescatar el valor de la sexualidad en la integración de la personalidad, ya que hasta la actualidad solo se le ha dado un carácter solo como algo “sucio” de lo cual no se habla, o un sentido erotizante a lo que se usa para pasar el momento, cuando en realidad en la sexualidad coexisten una serie de valores que se integran y resumen en sí mismos a través de la expresión entre dos personas.
Debería realizarse una campaña de divulgación general sobre el problema de abuso sexual infantil, y las consecuencias nefastas que éste ocasiona sobre el psiquismo y sobre la personalidad adulta con las consecuentes perturbaciones emocionales, inclinaciones como la prostitución y trastornos de la alimentación, tales como la anorexia nerviosa o la bulimia.
Capacitación seria sobre el tema a todas aquellas personas que de uno u otra manera están en contacto con niños y/o adolescentes, como maestros, profesores, personal de enfermería y médicos, jardineros, abogados y jueces de menores, para que comprendan que las lesiones físicas que podemos encontrar en los niños son las menos significativas para validar un abuso sexual y rescatar los indicadores psíquicos del mismo y fundamentalmente concederle el valor que se merece el relato que efectúa el abusado sobre el hecho acontecido y enseñarles como actuar como fuente de compresión y contención, ante esa “personita”, que se ha sentido defraudada y abusada en su confianza, por un adulto, a quién según se le ha enseñado, debe respetar, porque los adultos, siempre dicen la verdad y hacen lo correcto.
Tratar de mejorar y aplicar la legislación existente a nivel nacional, a fin de proteger la salud física y mental de nuestros niños.
Se deberían implementar pautas de trabajo, para la detención precoz de estos casos, partiendo de la base cuando más temprano se detectan estos casos, mejor es el pronóstico del abusado, en cuanto a los trastornos de tipo psíquico, que le pudiera ocasionar.
Partiendo de lo anterior empezar a llevar estadística seria y realista, sobre el mencionado tema, que hasta el momento, las que existen no revelan la inmensidad de este drama.
Creación de redes de asesoramiento y atención integral de las familias afectadas, no dejando ninguna área sin participación.
En síntesis es una tarea abrumadora la que aún queda por hacer pero no debemos bajar nuestros brazos, sino aunar esfuerzos para llevar adelante la misma, recordando que estamos trabajando para el bien de nuestros niños y adolescentes y su consecuencia en la construcción de una sociedad más sana.
“Robarle la inocencia a un niño, es algo que no puedo perdonar y soy capaz de perdonar mucho” “Detrás de la cerca” - Película -. | | |
| |