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| La sexualidad del adulto mayor | La Edad del Erotismo |
La sexualidad es una realidad en todas las edades; comienza en la fecundación y termina con la muerte. Al igual que otros aspectos de la persona evoluciona y cambia, es decir, se manifiesta y se vivencia de acuerdo a las diferentes etapas de desarrollo como la infancia, la pubertad, la adultez media y la mayor. Pero en todas ellas se halla presente y es igual de importante. Se vive para obtener satisfacción y placer e implica una relación con uno mismo o con otras personas. |
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La Edad del Erotismo Por Silvia Inés Darrichón Este trabajo, en el que abordo aspectos generales sobre la sexualidad humana, va dirigido especialmente a los adultos mayores. Mi interés profesional sobre este tema, se basa en la posibilidad de brindar información sobre esta esfera importante de la vida, que les permita pensar que con la edad no se pierde la capacidad de amar y ser amado y que sí se puede en cualquier etapa, disfrutar sana y plenamente de la sexualidad. La sexualidad es una realidad en todas las edades; comienza en la fecundación y termina con la muerte. Al igual que otros aspectos de la persona evoluciona y cambia, es decir, se manifiesta y se vivencia de acuerdo a las diferentes etapas de desarrollo como la infancia, la pubertad, la adultez media y la mayor. Pero en todas ellas se halla presente y es igual de importante. Se vive para obtener satisfacción y placer e implica una relación con uno mismo o con otras personas.
Expectativa de vida 2000-2005
Europa y América del Norte 78 años Oceanía 74 años Latinoamérica 71,5 años Asia 67 años África 49 años Argentina 73 años- Mujeres 77 años, Hombres 70 años La expectativa de vida en 1900 era de 40 años En 1950 de 61 años En 2009 de 75 años
La vida se prolongó, en el 1900 el fin de la vida llegaba junto con el de la vida reproductiva en la mujer. Por otra parte se casaban jóvenes, la adolescencia era inexistente, se pasaba de la niñez a la edad adulta. Tanto la adolescencia como la adultez mayor son las etapas de la vida que más han crecido. El adulto mayor está sexuado, es decir, tiene un sexo que lo define como hombre o mujer. Pero su sexualidad constituye su sexo en funciones, dadas por comportamientos de doble fuente: instintiva e intelectiva. El ser humano, a diferencia del animal, no está regido por su instinto sexual, sino que se nutre de una fuente intelectiva mediante el considerable desarrollo del cerebro y que controla, regula, ordena y genera la mayoría de los fenómenos de su vida sexual: el cerebro es el principal órgano sexual Los profesionales de la salud comparten con el resto de la población los prejuicios que consideran como perversa toda actividad sexual del anciano, cómo ridícula toda expresión de amor, como fuera de lugar sus deseos de mejorar su apariencia física, y escandalosa la intención de volver a casarse, sobre todo si son mujeres. En el consultorio, el tema sexual no es interrogado con frecuencia. Cuando se hace puede predominar la incomodidad, pues el médico está acostumbrado a preguntar sobre los dolores y no sobre los placeres. Es más fácil preguntar sobre los partos, problemas menstruales o urinarios. Una consulta sobre la disminución de la actividad, el interés o el deseo sexual es evacuada con una respuesta… “es propio de la edad”, con lo cual lo condenamos a la abstinencia. Debemos saber que el interés y la actividad sexual no cesa con la edad, que se mantiene como una condición legítima e importante de sus vidas, como fuente de placer, comunicación y amor. El geriatra puede constituirse en un eficaz instrumento de prevención primaria de disfunciones sexuales, así como un excelente educador sexual de sus pacientes, pero también puede ser un consolidador inconciente de tabúes y prejuicios sobre la sexualidad en la vejez.
Funciones esenciales de la Sexualidad Humana: La sexualidad está regulada socialmente. Todas las sociedades y culturas asignan actividades específicas al hombre y a la mujer, pero las diferencias entre algunas sociedades y otras son tan claras que resulta imposible hablar de un código universal de valores morales y sexuales. A pesar de esto, hay tres FUNCIONES esenciales que la caracterizan: • Función reproductiva. Tiene como objetivo perpetuar la especie, también la posen los animales. Desde siglos atrás solo se consideraba esta función de la sexualidad relegando o negando en muchos casos lo placentero y erótico.
• Función erótica placentera. Disfrutar del placer, el goce sexual y erótico es un aspecto importante en la realización sexual de las personas. Cuando esto no es posible, se experimenta frustración, pero no es posible vivir intensa y satisfactoriamente la vida sexual si se ha sido educado contra el placer o se considera limitado solamente a la etapa de la juventud. Somos seres sexuados y la sexualidad está presente a lo largo de nuestras vidas. Esto nos permite vincularnos y establecer contactos con otras personas, sentirnos atraídos y sentir gozo y alegría al compartir con el otro. Las relaciones amorosas juegan un papel destacado en la vida de las personas. Dimensiones de la sexualidad: La sexualidad es una actividad placentera típica de los seres humanos. El sexo de un individuo es la consecuencia de un hecho biológico y la sexualidad es el desarrollo individual y social de este hecho dentro de las normas y los valores sociales. Además de estas funciones es necesario hacer referencia a las cuatro DIMENSIONES que caracterizan a la sexualidad: • Dimensión biológica. Hace referencia a los factores anatómicos, fisiológicos, bioquímicos y genéticos que subyacen a los diferentes componentes de la sexualidad como lo son la reproductividad, el erotismo, el género y las vinculaciones eroto-afectivas-amorosas. • Dimensión Psicológica. Se relaciona con los procesos emocionales, motivaciones, de aprendizaje, afectivos, comportamentales, adquisitivos, de personalidad etc., implicados en la estructuración de la vivencia sexual. Los procesos psicológicos están muy relacionados con lo socio cultural. Esta implica por una parte factores emocionales y de aprendizaje, y por otros patrones culturales y sociales como las normas y las expectativas sociales. • Dimensión social. Se relaciona con los procesos y fenómenos que son parte del ser humano como ser social y que contribuyen al aprendizaje social de una determinada forma de vivir la sexualidad. Se incluye en esta dimensión los ritos, los mitos, los imaginarios sociales, las normas, los roles, la educación sexual, los patrones culturales, etc. • Dimensión Ético- Axiológica- Legal. Forma parte de lo social y cultural, pero por su importancia la destaco como una dimensión más. Se relaciona con la estructuración de los sistemas y códigos de ética, valores y normas legales que son conformadas socialmente para regular el comportamiento sexual. Tiene un papel importante en la convivencia social, prescribe lo que se debe o no hacer, lo que se considera aceptable o censurable, importante o no y se relaciona con la organización de la legislación alrededor de la sexualidad (comportamiento sexual, pareja, vida familiar, paternidad, maternidad y género). La integración e interrelación de estas cuatro dimensiones conforman la sexualidad que tiene su formación y expresión en el individuo, la pareja, la familia y la sociedad Uno de los terrenos menos explorados, más llenos de tabúes, fábulas y falsas creencias es el de los adultos mayores. Masters y Jonson decían en 1970 que “desde el punto de vista psiquico-sexual, el hombre de más de 50 años tiene que enfrentarse con uno de los más graves errores de nuestra cultura: todo el que se encuentra en estas edades es considerado un “minusválido sexual”, tanto por la opinión pública como también por los científicos”. Si la sexualidad es comunicación y fuente de placer y amor, debe ser posible para los adultos mayores. La sexualidad a esta edad es legítima y no solo para combatir la soledad sino en algo más. Dice Georges Abraham, Psiquiatra Suizo que “pese a sus reacciones, el viejo es absolutamente capaz de una elaboración positiva de su sexualidad o, mejor dicho de la sexualidad respecto de su propio envejecimiento”. Aunque cada vez se acepta más que el anciano está sexuado y posee sus “derechos sexuales” que le permiten vivir plenamente su sexualidad, hay estereotipos culturales que lo niegan como “vergonzosas”, “desagradables”, ridículas”, “perversas” o “delirantes”. Esto se debe a que se relaciona la sexualidad con: 1º la juventud 2º la integridad física 3º la belleza 4º la reproducción
Esquema corporal del adulto mayor Simona de Beauvoir decía que, si la adaptación del envejecimiento se da sin tropiezos, uno no nota que envejece, y se encuentra con una imagen distinta sólo si se compara con años muy anteriores. Hay ancianos que solo necesitan cariño y un interés puramente intelectual sobre la sexualidad, pero ello no puede condenar a que los demás ancianos no necesitan llevar su sexualidad a una actividad coital y bastante frecuente, en algunos casos. Respuesta Sexual Humana Las etapas de la respuesta sexual se dan de diferentes maneras a lo largo de la vida y es importante conocerlo. Tiene directa relación con el estado de salud en general, en como se siente con ese cuerpo que ha cambiado y sobre todo con los permisos que se de para disfrutar de la sexualidad, acompañados/as o en soledad. En la juventud, cuando disponemos de poco “tiempo” para todo, por las obligaciones familiares, la crianza de los hijos, las exigencias laborales; la excitación, la erección, la lubricación vaginal, etc; se dan de manera relativamente rápida; en los/as adultos/as mayores hay menos respuesta orgánica pero más tiempo para el cortejo, la seducción, las caricias, el encuentro. Potenciar estos aspectos permite disfrutar de una sexualidad plena y placentera.
Sexo genitalidad del adulto mayor Los genitales en desuso de muchos mayores que renunciaron a su sexualidad por viudez, no se atrofian y conservan su capacidad funcional, y si no existe una patología evidente, pueden volver a funcionar normalmente ante un estímulo adecuado y un nuevo enriquecimiento sexual. El hombre disminuye levemente la firmeza de la erección. La estimulación eficaz para lograrla debe ser más prolongada y ejercida más directamente sobre el glande, que en edades menores. En el adulto joven, el orgasmo consta de dos fases: la de emisión o sensación de inevitabilidad eyaculatoria, y la de eyaculación propiamente dicha. En el adulto mayor puede desaparecer la fase emisión, pero esto no lo condena a la eyaculación precoz, pues se acompaña de una disminución de la urgencia eyaculatoria. Disminuye además el volumen del semen eyaculado. Con respecto a la eyaculación, tiene menos necesidad de eyacular, puede incluso no hacerlo pero sí tener orgasmo, esto debe saberlo su pareja para no sentirse frustrada ante la falta de eyaculación. Por último, el período refractario post-orgasmo se prolonga. Mujeres: Se producen cambios anatómicos como la pérdida de la elasticidad de la piel de las mamas, al igual que en el resto del cuerpo. A nivel de los genitales, los labios mayores son más hipotónicos y cubiertos de menos vello; la vulva pierde su tersura; la mucosa vaginal sufre una atrofia, disminuyendo la elasticidad de sus paredes y acortándose la longitud de la misma. Disminuye la lubricación vaginal. Pero la edad no disminuye la libido ni la capacidad de ser orgásmica si la salud general es buena. Se a demostrado que la mujer conserva la capacidad de orgasmos reiterados y que muchas veces, logra su primer orgasmo en esta etapa de la vida, compensando así la diferencia con el hombre, que tuvo orgasmos desde muy jóven, alrededor de los 15 años, mientras que por término medio la mujer lo hace hacia los 30 años. Pero el principal problema no radica en estos factores fisiológicos, que pueden conservarse bastante intactos en aquellas personas que mantienen una regularidad en sus actividades sexuales. El principal problema es la inhibición psicológica cultural. La convicción de que los ancianos no deben disfrutar ni gozar del sexo está muy arraigada.
Menopausia- Andropausia El inicio de la vejez es un guarismo individual, la menopausia no está marcando su comienzo; depende de múltiples factores relacionados con la salud en general, las condiciones de vida, la exposición a factores de riesgo y a su código genético. La menopausia puede resultar para la mujer un acontecimiento dramático o de liberación. Psicológicamente la mujer puede vivir un duelo por la pérdida de su capacidad reproductiva. Por cuestiones culturales que establecen el fin reproductivo de la sexualidad, hizo que su sentimiento de autoestima se viera reforzado mientras fuera apta para dicha función. La pérdida de la misma la castra simbólicamente. No siempre acontece de esta manera, muy por el contrario, muchas mujeres se sienten liberadas de la posibilidad de ser fecundadas y disfrutan más de la actividad sexual. La actitud varía en cada una, será diferente frente a su sexualidad por razones puramente psicológicas: deprimidas y casi renunciando a su sexualidad o eufóricas y viviendo una renovada sexualidad. Como vemos no hay un modelo único de actitud frente a la menopausia. Algunos síntomas de andropausia son: - Menor impulso sexual - Cambios emocionales, psicológicos y de conducta - Menor masa muscular - Pérdida de la resistencia muscular - Aumento de la grasa corporal a nivel central y superior del cuerpo - Osteoporosis o huesos débiles y lumbalgia - Riesgo Cardiovascular Entre los 40 y 55 años, el hombre puede experimentar un fenómeno similar a la menopausia femenina, conocido como la andropausia, pero no tiene signos claros como en la mujer, también se caracteriza por un descenso de los niveles hormonales de testosterona. Se presentan cambios en la actitud y el estado de ánimo, fatiga, pérdida de energía y de impulso sexual, así como de agilidad física. Está demostrado que la caída de testosterona, puede representar un riesgo para la aparición de otros problemas de salud, como los huesos frágiles o las cardiopatías. Al contrario de lo que ocurre con la menopausia femenina, la transición en el hombre es mucho más gradual y puede durar décadas. Algunos factores que favorecen su comienzo, son el estrés, el alcohol, el tabaco, las lesiones, cirugías, los medicamentos, la obesidad y las infecciones. No hay manera de predecir a qué edad se manifestarán síntomas andropáusicos, y los mismos varían con cada hombre. Las hormonas y el deseo sexual Las hormonas masculinas actúan sobre el deseo sexual, en los varones el nivel más alto está dado entre los 17 y 19 años, mientras que en las mujeres es alrededor de los 40 años y en algunos casos aumenta el deseo con la disminución de los estrógenos. (Flores Colombino). Cuando una mujer disminuye su interés y actividad sexual, se deben investigar los factores psicológicos. Los cambios psicofisiológicos no pueden ser separados de los socioculturales. Los psicológicos son individuales y tienen que ver con la historia previa, su estado físico y social. Los estereotipos culturales contra los ancianos
Las mujeres y los cambios sociales y culturales En el caso de las mujeres, los cambios sociales, culturales, laborales, han hecho que se vuelva más segura y aplomada a medida que envejece, menos atada a las tareas del hogar y la crianza de los hijos y adquiere más poder en el terreno político, religioso, empresarial y social y en la capacidad de formar pareja. En el aspecto sexual la mujer ha logrado su orgasmo gracias al conocimiento de sus zonas erógenas y las técnicas de estimulación y autoestimulación, que pueden ser compartidas por sus parejas jóvenes o viejas, nuevas o antiguas. Además de la sustitución hormonal y los geles lubricantes, la mujer madura debe conservar, recuperar o desarrollar el poder de seducción como una cualidad social más.
Los varones,…Del brebaje del amor al sildenafil Los varones pasaron de los “brebajes del amor”, las hormonas que solo eran eficaces en casos de climaterio masculino comprobado, pasando por nutrientes y estimulantes generales, las prótesis peneanas, aún vigentes para algunos casos de disfunción eréctil irreversible, hasta el citrato del sildenafil, la pastilla azul que en los últimos años cambió la cara de los desahuciados sexuales. Debo destacar que el viagra, que contribuye de manera tan eficaz a solucionar problemas erectivos en los adultos mayores, a traído como efecto adverso el aumento de infectados de VIH en esta etapa de la vida, reflejo este de la falta de educación sexual, la cual se considera necesaria solo en la pubertad y adolescencia, descuidando la niñez y adultez. Los amores homosexuales también tienen su lugar en los adultos mayores. Tal vez son menos conflictivas en las lesbianas que en varones. También en estos casos se da en general, la elección de parejas más jóvenes.
Mitos y prejuicios sobre la sexualidad de los adultos/as mayores • No son capaces de enamorarse • El casamiento de los adultos mayores es abominable • Los casados buscan más el afecto que el placer • Es igual que sea viudo, soltero, divorciado o casado • Se vuelven a casar por interés, no por amor • Necesita más un compañero/a que un/a amante
La sexualidad es totalmente diferente en el que tiene pareja que en el que no la tiene. Es más difícil para un adulto mayor conseguir una pareja circunstancial, que para un joven. Las estadísticas muestran que los varones sin pareja prácticamente no modifican los hábitos sexuales que mantenían de casados, una vez superado el duelo por la pérdida de la esposa, frecuentemente acompañado de impotencia. Pero las mujeres viudas cambian radicalmente sus hábitos sexuales en relación a sus tendencias anteriores. Si para el varón es difícil conseguir una pareja sexual, para la mujer lo es más aún. De allí que De Incola y Peruzza hayan demostrado que la actividad sexual más frecuente de las viudas, sea masturbatoria. La capacidad de amar se conserva hasta la muerte y no disminuye con los años. Si por enamorarse se entiende experimentar una intensa emoción afectiva, la capacidad de sentirse enamorado/a está conservada en todas las edades. No es raro que se formen parejas entre adultos mayores entre sí o con personas más jóvenes. Cuando el hombre mayor queda viudo, es más fácil que vuelva a casarse. Es que a esa edad, hay más mujeres que hombres desde el punto de vista demográfico (hay un viudo por cada cuatro viudas). Las resistencias a un nuevo matrimonio por parte de los hijos suelen ser de naturaleza económica. En cambio, para la mujer que enviuda puede constituir una gran dificultad el volver a casarse. Las mujeres que se amoldaron a las exigencias machistas en época juvenil, aceptan los prejuicios sobre el sexo equivalente a reproducción, o se consideran muy poco atractivas para merecer ser queridas por un hombre. Muchas mujeres prefieren sumirse en una viudez sin fin y resignada, aunque tengan deseos y capacidades sexuales. Pero otras renuncian a toda posibilidad de nuevo matrimonio, reivindicando su fidelidad a la memoria de su esposo o racionalizando su actitud por la tranquilidad de una soledad sin problemas. Opción que debe respetarse.
La sexualidad otoñal La sexualidad del adulto mayor puede expresarse en toda su plenitud. La idea de que la primera etapa del matrimonio busca el sexo, la segunda los hijos y la tercera la compañía está caduca. Los paradigmas para la sexualidad de los adultos mayores han cambiado. Conclusiones Vivir la sexualidad a lo largo de toda la vida, es posible y sano, e implica afecto, compañía, contacto físico, buenas relaciones con los demás, alegría de vivir y autoafirmación. Acariciarse la piel, hablarse, mirarse u oírse con ternura, puede ser tan placentero como las relaciones coitales; estas, por otra parte, pueden también ser gratificantes y adecuadas en las parejas mayores. Querer y ser querido, y sentirse seguro de este sistema de relaciones afectivas, es lo más importante. Disfrutar las diferentes posibilidades de la sexualidad dentro de este contexto contribuye a reforzar y disfrutar esos sentimientos básicos. Para lograr esto es importante la comunicación y la asertividad en las relaciones de pareja.
Autor consultado: Dr. Andrés Flores Colombino, “La Sexualidad en el Adulto Mayor”
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